Las autoridades locales guardarán silencio, como siempre. Se aprovechan para invadir parques y áreas verdes, destruyen espacios públicos y nadie dice nada. Luego aparecerá el alcalde Luis Ueno, con las mismas promesas vacías que, una vez más, jamás se cumplirán.
Hoy muchos expresan su indignación por la destrucción de la Casa Hacienda San Nicolás, pero lo cierto es que las autoridades locales deberían ser las primeras en rendir cuentas. Durante años, abandonaron este monumento histórico sin hacer absolutamente nada por su preservación.
Ahora, diversas entidades lamentan lo ocurrido el domingo 26 de octubre de 2025, cuando maquinaria pesada destruyó parte de este valioso Patrimonio Cultural de la Nación, declarado monumento histórico mediante Resolución Suprema N.º 505-74-ED de 1974 y protegido por la Ley N.º 28296. Pero sus pronunciamientos llegan, como siempre, demasiado tarde.
Y es que lo sucedido en Canta Gallo no es un caso aislado. Lo mismo podría repetirse en otros lugares declarados vestigios por el Ministerio de Cultura, donde las autoridades siguen sin invertir ni un sol en su conservación.
¿O acaso no vemos el mismo abandono en la playa El Colorado, en Paramonga, y en tantos otros espacios con potencial turístico e histórico?
Si las autoridades —como la actual gestión municipal— no trabajan ni apuestan por el turismo ni por la protección del patrimonio, ¿por qué ahora se rasgan las vestiduras?
Dejen de fingir indignación. Porque mientras sigan mirando hacia otro lado, seguirán cayendo, una tras otra, las huellas de nuestra historia.

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