Si nuestras autoridades realmente trabajaran por el desarrollo de Barranca, hace rato tendríamos nuestro Estadio Monumental de Barranca, con capacidad para 80 mil personas, o incluso el más grande de Sudamérica, capaz de albergar partidos de la Liga 1 y encuentros de eliminatorias mundialistas.
Tener un estadio así no es solo un sueño, es una inversión inteligente. Genera turismo, activa el transporte, hoteles, restaurantes, medios de comunicación y el comercio en general. Todos ganamos.
Y ojo: Barranca ya tiene el terreno. En la zona de Los Anitos, donde también se proyecta construir el Hospital de Alta Complejidad y la futura Universidad Nacional de Barranca, hay espacio para una verdadera ciudad del desarrollo.
Pero la pasividad —o peor aún, la ambición desmedida de quienes solo piensan en llenarse los bolsillos— nos sigue robando oportunidades.
Es hora de dejar de soñar y empezar a exigir. En las próximas elecciones, vota por alguien inteligente.
¿Y si el Estadio Monumental de Barranca fuera realidad con una buena concesión privada?
Siempre nos dicen: “no hay plata” para grandes obras… Pero la verdad es que sí hay maneras de hacerlas realidad.
Con una buena visión, hoy podríamos estar construyendo nuestro estadio a través de una Asociación Público-Privada (APP).
Una empresa privada podría encargarse de construirlo y administrarlo por 30 o 40 años. Durante ese tiempo lo usaría para conciertos, partidos de la Liga 1, eliminatorias, eventos internacionales...
Y al final del contrato, el estadio quedaría para Barranca.
Este modelo ya se ha aplicado en muchas partes del mundo. Solo hace falta voluntad, visión y una gestión honesta.
Pero mientras tanto, nuestras autoridades siguen mirando al piso… pensando en el bolsillo, y no en el futuro.
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