La población enfrenta largas colas para conseguir artículos esenciales como aceite de cocina y papel higiénico, mientras se reportan medidas de racionamiento familiar en distintas regiones del país.
El bloqueo de rutas estratégicas ha interrumpido el flujo de alimentos, medicinas y otros bienes, lo que agrava el impacto económico y social.
La situación se ha vuelto insostenible para miles de familias, especialmente las más vulnerables, que deben enfrentar condiciones extremas de acceso a productos básicos.
Bolivia, una nación con recursos, pero en crisis energética
Aunque Bolivia posee vastos recursos minerales como gas y litio, enfrenta un severo deterioro económico. La estatal petrolera reconoció en 2023 que el país se está quedando sin gas natural, uno de sus principales productos de exportación, debido a la falta de nuevas inversiones en exploración.
Esta escasez energética ha repercutido negativamente en el desarrollo económico nacional. El colapso energético ocurre en un contexto de alta inflación y creciente desempleo, donde los sectores informales y rurales se ven particularmente golpeados.
La dependencia de las exportaciones de gas y la falta de diversificación económica dejan a Bolivia en una posición frágil frente a crisis externas e internas.
El conflicto político entre Arce y Morales agudiza la situación
La tensión política interna también contribuye a la inestabilidad. El presidente Luis Arce se enfrenta abiertamente al exmandatario Evo Morales, quien aún cuenta con una sólida base de apoyo, especialmente entre comunidades indígenas
Esta pugna interna en el oficialismo ha generado parálisis política y ha impedido la toma de decisiones eficaces frente a la crisis.
El conflicto entre ambas figuras ha dividido no solo al Movimiento al Socialismo (MAS), sino a la sociedad boliviana en su conjunto. Mientras tanto, las instituciones estatales muestran señales de debilidad ante el desborde social, y la población reclama soluciones urgentes ante un colapso que parece avanzar sin freno.
Ciudadanos desesperados ante el desabastecimiento
En los centros de distribución estatal se forman colas desde la madrugada para acceder a alimentos subvencionados. Uno de los productos más escasos es el aceite de cocina.
Testimonios como el de una madre soltera que trabaja en turnos dobles para alimentar a seis hijos muestran la crudeza del impacto social. “Ya no duermo bien por hacer cola y trabajar al mismo tiempo”, afirmó.
El desabastecimiento no solo afecta la nutrición de los hogares, sino que también mina la estabilidad social. La crisis ha transformado la rutina de millones de bolivianos, que hoy luchan día a día para acceder a lo mínimo necesario para sobrevivir.